martes, marzo 06, 2007

CAMBIOS EN EL SISTEMA POLÍTICO DESDE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Por Javier Orti


Existen cambios importantes que se deben aplicar a la hora de realizar una nueva constitución. Creo que todo el capital social se ha puesto de acuerdo en que primeramente se debe despolitizar a los órganos de control, al Tribunal Supremo Electoral y al Tribunal Constitucional, nombrando sus autoridades por concurso de merecimientos y creando una Corte Electoral totalmente objetiva e imparcial, esto es muy positivo.

Sin embargo estoy seguro que aparte de estos importantes cambios, lo que ha fracasado en los últimos 27 años de democracia es el funcionamiento de nuestro sistema político; primeramente se debe analizar nuestro sistema de representación en el Congreso Nacional, es decir, buscar una fórmula representativa, participativa, democrática y sobretodo sin la intención de fragmentarla más.

Luego de haber encontrado esta tan ansiada fórmula en un país tan diverso como el nuestro en donde todos queremos representar a todos y nadie cede espacios; pienso que es de suma importancia expresar en la nueva carta magna un mecanismo de equilibrio de poderes que garantice la gobernabilidad del país.

Ahora analicemos de manera detallada las posibles propuestas:


1.- Nuevo Congreso


Actualmente tenemos un Congreso Nacional en donde su fragmentación ha llevado a las terribles mayorías móviles, la incógnita sería: ¿Cómo conformamos un Congreso Nacional, más representativo, democrático pero no fragmentado?

La propuesta desde mi punto de vista sería la siguiente:

Se debe regresar a la bicameralidad, para que en este caso los senadores tengan la atribución de legislar en último debate y los diputados la de fiscalizar y canalizar nuevas leyes o reformas y realicen el primer debate. Con esto garantizamos que en la elaboración de leyes esté inmersa mayor preocupación y responsabilidad. No puede ser posible que tengamos un Congreso Nacional “Todólogo”, el cual fiscaliza, legisla, nombra autoridades, entre algunas cosas más. La manera más seria de desconcentrar las funciones del poder legislativo es regresando a la bicameralidad.

Se debe obligar constitucionalmente a que cada candidato a la presidencia presente su lista de diputados y senadores, y elegirlos en segunda vuelta electoral; La nueva Constitución debe abrir caminos de comprensión entre la función ejecutiva y la legislativa. No podemos permitir que nuevamente un Presidente de la República no tenga un solo diputado, por no presentar candidatos, y que partidos o movimientos políticos que no entraron a la segunda vuelta logren chantajear al régimen sus votos de apoyo a cambio de cargos públicos y minifundios de poder. Obviamente las minorías deben tener su espacio de representación.

Se debe pedir la actualización del registro de afiliados de los actuales Partidos Políticos, quienes deben demostrar su nivel de representación y aglutinamiento para que las nuevas elecciones reflejen una verdadera representación y así conformar un verdadero sistema de partidos, anualmente los partidos inscritos deben presentar dicha actualización al Tribunal Supremo Electoral.

Teniendo en cuenta estas propuestas y aclarando que seguimos en un sistema político presidencialista, ahora debemos preocuparnos de llegar al Equilibrio de Poder entre los poderes ejecutivo y legislativo.


2.- Equilibrio de Poder


Uno de los errores de nuestra Constitución es que no existe expresamente un capítulo que se dedique a normar y especificar figuras jurídicas de respeto mutuo entre los poderes ejecutivo y legislativo, si bien es cierto estamos enmarcados en el presidencialismo, el cual le otorga atribuciones muy especiales al ejecutivo y no permite la ingerencia del parlamento en sus políticas públicas, se debe crear un ambiente de respeto y tolerancia mutua a través de pactos preestablecidos con tiempos determinados.

Igualmente, la propuesta debería ser la siguiente:

La nueva constitución debe exigir que el Presidente de la República y al Congreso Nacional elaboren un pacto de confianza y gobernabilidad, sobre las actividades a gestionarse en los próximos cuatro años, es decir el Gobierno y el parlamento expiden expresamente acuerdos mínimos sobre el plan de gobierno; sería una figura para el acercamiento y diálogo entre los dos actores, y deberá ser reglamentado con un plazo establecido.

Así como existen causales para que el Congreso pueda destituir al Presidente de la República, se debe crear también una facultad de disolución del Congreso y llamar inmediatamente a nuevas elecciones parlamentarias, en caso de grave controversia que ponga en riesgo la gobernabilidad del Estado. Negarse a realizar el pacto de confianza y gobernabilidad, podría generar tanto la destitución del Presidente como la disolución del Congreso.

En definitiva son propuestas realizadas tomando en cuenta como ejemplo los tipos de sistemas políticos tanto presidencialistas, parlamentarios o mixtos de algunas partes del mundo, lo importante es poner en el tapete este tema para abrir un debate constructivo y poder construir la llave para equilibrar los poderes y generar la coherencia necesaria para llegar a la tan ansiada gobernabilidad.

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